El calor seco deshidrata el cabello. Si tu cabello es seco por naturaleza, el uso diario de un secador, de rulos térmicos o de planchas de pelo lo convertirán rápidamente en un árido desierto. Por lo tanto, haz un uso moderado de estas fuentes de calor y baja la temperatura de tu secador. Cuando vayas a una sauna en invierno, enrolla una toalla en tu cabello para protegerlo del calor seco (que puede alcanzar lo 100 grados). La protección contra la deshidratación funciona mejor si te has aplicado previamente algún tratamiento en el cabello (mascarilla o acondicionador). En la playa procede del mismo modo, protege tu cabello con un gorro del sol de la deshidratación y sus consecuencias, el encrespamiento. Mantener la hidratación de tu cabello es especialmente importante si tu cabello está coloreado puesto que es más sensible a la deshidratación.